martes, 28 de mayo de 2013

- CARTA AL DESTINO 22: "Sobre un sueño"

27 de mayo de 2013

Querido amigo,

La luz refleja (muestra) la naturaleza interna de las cosas, de los seres (no es necesario ser científico para saber esto, con solo mirar una flor iluminada por el sol y ver que la luz emerge desde ella; o como una hoja se torna translúcida y brillante; o finalmente cuando anteponemos nuestra mano a un rayo solar y vemos el rojo de la sangre, en fin, ya es suficiente confirmación); naturaleza interna llena de "fuerzas cargadas de infinito" (homenajeando a un compañero, un gran poeta viajero, Fernando Pessoa). A pesar de la luz reflejandose,  las apariencias hacen mas difícil ver la comunión entre el universo y el Corazon de las cosas (belleza trágica). Y, cuando suceden esos maravillosos momentos en los cuales logramos ser parte de esa manifestación, y percibimos la inmensidad inscripta en las cosas y los seres, no debemos ni podemos llevarla a palabras que intenten describirlas (fracasaríamos); solo hay que confiar que quedara como corresponde como un secreto inscripto en el cuerpo, y así sigue el curso natural de las cosas. La naturaleza es sabia, es probable que si nos hubiese dejado la virtud de ver y comprender podríamos, por ejemplo, ver mas dimensiones de las que nos han sido dadas a ver, e incluso, imagino que podríamos ser viajeros del tiempo (como mi compañero dorado  Hércules, que está aquí a mi lado haciendo lo suyo), o sea que nos ha quitado esa virtud directa para que no sea hábito sino algo similar a la búsqueda de un tesoro descubrirla. La luz es un misterio...es necesario ligar la mirada al cuerpo...



No puedo evitar caer siempre en pensamientos habituales, pensamientos que tienden a la redondez. Como en el desierto cuando se camina sin rumbo se tiende a retornar al mismo punto de partida.
Cuando se anda en redondo las cosas pasan, retornan, se acomoda la mirada, el pensamiento y el cuerpo a un ritmo continuo, como las olas del mar, adormecen, transportan a otro tiempo (de ensueño).  
La redondez es intuición, inercia, devenir y en este momento me genera incomodidad. Necesito corromper el curso natural de las cosas, necesito ángulos, acentos, saltos, velocidades repentinas. Quiero mirar directo a los ojos de la bestia que yace detrás de esta cadencia, acechando. ¿Acaso tendré que moverme para encontrarla?, o ¿debería aquietarme para lograrlo?



(Falta un texto)


El Crudo


Pd: Existió una carrera de natación a la cual nunca olvidaré, sucedió en Catamarca en una pileta inmensa rodeada de montañas. Desde entonces he retornado al recuerdo de ese ritmo: j. (x.60 + x.20.20)=S (no le prestes demasiada atención, la ecuación es mas compleja), la imagen de ese momento se incrementa en misterio, hay voces pero en mi memoria solo es silencio y tensión como si me hubiese quedado una memoria rítmica en el cuerpo. En cada retorno me pregunto cuan posible es establecer una relación entre la administración de la energía para una carrera y la que administramos para concretar nuestros sueños o deseos. Es un tema complejo, a su vez el azar cumple un papel fundamental. Pero el ritmo interno es como nuestra esencia acústica, nuestra piel. En fin…quizas te lo cuente en otra carta. ¿Es posible forjar el ritmo interno? Intuyo que en esto hay algo esencial, como sucede con los animales o las flores...

Pd2: ...homenajeando a un poeta trágico...Hércules brilla, Hércules vé...


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