sábado, 22 de marzo de 2014

- CARTA AL DESTINO 26: "El niño Héroe"

Querido amigo,

Hoy miraba por la ventana conmovido hasta el agotamiento por los viajes del sentir, y se reveló ante mi un momento maravilloso y fugaz.

Nunca podré olvidarlo, tampoco podría darle algún sentido, porque los tiene todos.

Las palabras que he encontrado son solo aquellas ligadas al misterio de lo visible, todo lo otro subyace en lo indecible, en lo oculto. 

Alrededor de las 4 de la tarde, yendo en el 39 por una calle rodeada de grises y rasgos de abandono, aparente fealdad a media cuadra de la avenida San Juan e inmerso todo bajo una luz intrascendente a la mirada, otra luz brilló a los ojos de quienes tuvimos el privilegio de verlo.

Un niño vestido con su ropita de jardín de infantes caminaba de la mano con su madre. En un momento de su caminata, se agacho delante de un grupo de baldosas rotas que formaban un cuadrado pegado a la pared. El tamaño y la profundidad de este pozo cuadrado era demasiado chico e intrascendente para dos piernas adultas, pero suficientemente grande para transformarse en todo un reto para este niño.

Y si, fue esto mismo.

Lo descubrí (situación común que paso a ser una revelación) en el instante en el cual  estaba agachado mirando al medio de este cuadrado. No estaba buscando nada, y comprendí! estaba concentrado, juntando fuerzas y todo lo que fuera necesario para convertirse en un héroe, un guerrero. Mientras estaba en ese momento decisivo, su madre esperaba en una diagonal adelante suyo, estirándole la mano para que vuelva a agarrársela.
Todo fue cuestión de segundos. El niño estaba allí agachadito pero con el cuerpo en esa tensión propia de quien esta a punto de salir a un combate (la voluntad de un guerrero que debía superar una prueba de gran dificultad), y ¡zas! ¡fue hermoso! pegó un salto que duro un suspiro y una eternidad. Logró saltar ese cuadrado, una prueba de fuerza y coraje, llegar al otro lado si caerse en ese “pozo”. Fue magnifico. 

Así nomas, continuo todo como siempre pero totalmente diferente, agarro la mano de su madre y siguieron caminando. Al llegar a la esquina su madre lo alzó para cruzar.

Tan maravilloso que no tengo palabras.

Inmediatamente mientras volví a mirar el cuadrado descubrí en la pared (justo arriba de la zona del gran desafío) una palabra grande escrita en aerosol que decía “Sencillo”… y todo se articuló expansivamente.


Ese niño realizó una magnifica hazaña, toda una prueba de valor, y sobre la pared decía el opuesto, “sencillo”.


Creo que en ese instante se reveló alguna verdad, fue como encontrar una piedra que contiene un diamante


Salud!

El Crudo.


Pd, Hércules parece un semidios.


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