domingo, 3 de noviembre de 2019

- CARTA AL DESTINO 49: "El llamado del Puma"

Querido amigo,

 Llevamos el espíritu de un animal dentro, si acaso fuera solo uno, pero ¿cómo reconocerlo?

 Los seres humanos debemos superar aunque sea una vez en la vida pruebas que impliquen un enfrentamiento cara a cara con la muerte. Caminando por terrenos solitarios del noroeste argentino pensaba: ¿y si me salgo del camino y me voy a lo salvaje, me encontraría con el puma?; en ese caso ya tenía instrucciones de como actuar. Aun si lograra reaccionar como es debido ¿sobreviviría a sus garras?, ¿me podría quedar quieto frente a semejante amenaza? Siguiendo esta pregunta ¿podría ser que el animal estuviera simbolizado por otra cosa y ya he superado tal prueba?. ¿Acaso lo necesito para renacer y descubrir que me he convertido en guerrero y he trascendido mi experiencia humana en esta tierra?. ¿Acaso no es igual de valiente y necesario el ejercicio de intuir el peligro y la muerte antes de someterse al libre albedrío de este destino?

 Amigo, muchas preguntas porque si.

Si, definitivamente he superado tal prueba. El puma esta dentro mío. En algunos momentos lo descubro en mi mente, a veces lo veo como si mirase mi reflejo en un espejo. No es que adquiero su forma, sino que es una energía a veces de aire, a veces de agua, a veces de fuego y puedo sentirlo en movimiento viajando por mi sistema nervioso; o latiendo en mi corazón. A veces quiere poseerme alentandome al riesgo, pero ya he aprendido a no dejar su espíritu voraz fluir en esa dirección.

 El puma es Lima, y estoy cara a cara con ella (pero sobre ello escribiré una carta aparte).

 ...

 Cuando estoy en silencio, Hércules se queda quieto.

Salud!
 El Crudo

 Pd, Estados de riesgo: Soledad, aquel estado en el cual aun caminando entre miles de personas me siento solo en medio de un espacio inabarcable de extenso, donde todo pierde vibración y resonancia desde uno y hacia uno, y donde nadie puede verme ni oirme.

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