Querido amigo
La frecuencia de mis cartas están ligadas a los acontecimientos, en este caso, retornan algunas sensaciones que ya te he mencionado en otra oportunidad.
Cuando
uno es anónimo es cuando se saca la “careta” y “muestra” verdades ocultas, o
nos muestran las verdades a nuestro alrededor (siguiendo la idea que uno
modifica y es modificado por el entorno). Eso veo cuando ando por ahí, y
descubro a la vida mostrándose desde gestos sorprendentes (siendo yo mismo, simulteaneamente, parte del descubrimiento de quien me este mirando), no por su grandilocuencia
sino por su espontaneidad. A su vez, entre lo espontáneo y verdadero que se ve
y vivencia entre el anonimato, me di cuenta que hay un grado aún mas profundo:
los accidentes que desencadenan lo imprevisto o el error (y viceversa), y en lo
imprevisto (que solo dura un instante), siento que se muestra el imprevisible corazón
de las apariencias, el cual se muestra a la luz como un chispazo.
Hablando
en primera persona, podría decirte que en el anonimato me siento libre, camino,
voy, quedo, sostengo, libero, me aliviano, entro, salgo vengo, y veo; sin
embargo es este mismo anonimato que me acarrea la misma proporción referida a
un peso considerable: la idea de la no-existencia; y esta sensación me esclaviza.
No existir es una sensación, conquisto incesantemente mi existencia y trasciendo a través de las relaciones verdaderas, con mis seres queridos, aquellas fugaces pero sensibles y aquellas que sean verdaderos vínculos. Todo lo demás es inabarcable y como tal, mi cuerpo lo desecha, no lo necesito. Pero existe otra búsqueda de trascendencia en "Ser mirado"y "existir", que excede las fronteras de lo "próximo" lo verdadero y se manifiesta en llamar la atención y acaparar la mayor acumulación de miradas desconocidas. La extensión de ésta búsqueda es vasta, pareciera estar ligada a cierta idea de inmortalidad, de sentirnos importantes, cuando en verdad estamos buscando "otra cosa" que esta mas cerca nuestro de lo que podemos ver.
Ahora mi amigo, habrás comprobado una de mis
tantas contradicciones, amo y busco, tanto como le temo y combato al anonimato. Me dirás que es mi obligación buscar un equilibrio, sobre todo por la necesidad (y en definitiva la importancia simbólica) de compartir experiencias y mi tendencia al exceso. A veces me siento como un avestruz, saco y escondo la cabeza. Soy un cúmulo cargado de variopintas contradicciones y pretendo amigarme con ellas de una buena vez. En esta oportunidad solo
te menciono ésta, sino la mas presente en estas últimas épocas.
Imaginá
el siguiente entrelazamiento oscilando entre sensaciones de inmensidad e
insignificancia:
Anonimato
> libertad >< existencia/no-existencia >< esclavitud <
Exposición. Imagina a su vez que sus mezclas son en diferentes proporciones, y
que una conlleva a la otra, por ende se genera una cinta de moebius, o una
relación de contrarios similar a la de nuestro cuerpo cuando necesita sal y/o azúcar y/o ambas simultáneamente; a
su vez las consecuencias te diría que nada tienen que ver con la regla
matemática “el orden de los factores no altera el producto”. El orden y la proporción
de sus factores alteran el producto, alteran mi Ser. Condimentando la situación
entre un extremo y el otro, a su vez, están
mezclándose y separándose en tiempo y espacio: lo público, lo privado, lo
íntimo…y yendo un poco mas allá secretos subyaciendo en “lo otro”.
¿Puede
uno mostrar sin mostrarse?,¿ Puede uno mostrar sin mostrar?¿Puede uno vivir sin contradicciones? (quizás sea
en estas y no en las afinidades donde se encuentre el corazón del conflicto: lo
verdadero)
…
Quiero
confesarte que estoy pensando en viajar, no es cuestión de huida tal como se ha
presentado en mis pensamientos cada tanto, en esta oportunidad, es una
necesidad. Por momentos siento la convicción que es necesario ver desde nuevas perspectivas, influído por nuevos aires.
Últimamente he descubierto que es imperioso emprender un viaje, es el camino hacia esta nueva etapa, solo
falta mi determinación para surgir.
En fin,
quizás este loco, sin embargo no le temo ni a la locura porque la he
conquistado, ni a la imaginación, hoy mi mayor temor es el vacío, será cuestión
de conquistarlo.
Hasta
pronto
El
Crudo
Ps: Muchas veces miro a Hércules y me pregunto ¿que tal será la vida siendo un ser unívoco?.
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